Don Perfecto Salvador, alcalde y maestro de Cadalso, fue sacado de su casa de Madrid junto con su mujer, Marcelina, y desaparecido. Nunca más se supo de ellos. En el turbulento verano del 36, Madrid pasó de Corte a Checa (cárceles ilegales de partidos, sindicatos o facciones particulares). Muchas personas fueron asesinadas por estos grupos de "incontrolados". Don Perfecto Salvador y su mujer dejaron cuatro huérfanos en una desolada ciudad. Igual que Máximo Calvo.
No dudo del valor de ninguno de ellos y que ambos querían lo mejor para su pueblo y su país... ¿No pudieron cooperar? Ambos murieron violentamente y dejaron sus vidas como prueba del fracaso colectivo.
¿Qué pasa en Cadalso hoy? ¿No pueden cooperar las izquierdas y las derechas por el bien de todos? ¿Tan distintos son? ¿O hay mucho de pose, de chulería simple, de tozudez mezquina? Unos y otros.
"Si queréis guerra, la tendréis" -ha escrito alguien.
¡Qué triste!
"Tristes guerras si no es amor la empresa", escribió otro preso de aquella época, Miguel Hernández, que también murió en la cárcel.
Basta ya de compartimentos estanco y de posiciones irreductibles. Mezclémonos, que haya vasos comunicantes... Y barricas rebosantes... Cooperemos todos por el bien común y del pueblo. Cadalso se merece más oportunidades y mejor suerte de la que ha tenido hasta hora.
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